EL COMUNICADOR SOCIAL A RANGO DE AUTORIDAD MUNICIPAL


               
  


                            (PROPUESTA publicada originalmente en el 2003)


                        “Seguir preparando periodistas convencionales, ya no tiene mucho sentido frente al tamaño y gravedad de los problemas que está viviendo el país”. Esto que parecería una frase lapidaria, es en realidad, producto de la reflexión visionaria perfectamente acabada en el ejercicio periodístico cotidiano de don Manuel Buendía.

                        Aquellas no fueron simples palabras que salieron de su boca el 17 de noviembre de 1983 en el auditorio de ASPA, si no ideas que debemos atender y desarrollar cuando desde su convicción dijo: “ Una abominable deficiencia de los planes de estudios ni siquiera considera que el presente y el futuro de los buenos periodistas debe ser la especialización y, mucho menos esos planes han tomado en cuenta la necesidad que este país tiene de comunicadores sociales (…) hacen falta en los sindicatos, en las agrupaciones de campesinos, en las organizaciones de profesionales, en los partidos políticos y en las instituciones de gobierno. La comunicación social es, sin duda un elemento constitutivo del poder, omitir esta noción básica en la formación del gobierno crea peligrosos vacíos de poder que- como bien se sabe-pronto son llenados por elementos apócrifos y aún adversarios”.

            Los conceptos de don Manuel Buendía son un axioma.

            En la actualidad, en muchas instituciones de gobierno y desde hace algunos años, cuentan con departamentos de comunicación social, con objetivos breves y definidos, como son la de maquillar  la imagen de la dependencia a la que sirven o del titular en turno, que sintetiza una actividad muy limitada en relación al potencial que pueden y deben realizar.

            En la mayoría de los casos, los comunicadores sociales son meros auxiliares para cuidar la imagen de la autoridad o servidor público al que se deben, difundiendo la foto de la inauguración de la obra reciente o vendiendo el lado amable de su jefe en el mayor número de publicaciones posibles o medios electrónicos en el mas inofensivo de los casos.   

            Toda esta parafernalia, empleada y floreciente en el periodismo tradicional, está próxima a desaparecer, si se logra, como parece ser, en un futuro cercano, por fin se dicte una ley Reglamentaria al Derecho a la Información, que haga viable el acceso de cualquier ciudadano o comunicador, a los datos de cualquier autoridad del rango que sea, federal, estatal o municipal, con la obvia finalidad de que el ciudadano conozca en detalle porqué, hacia donde y en que, se gasta o invierte el erario público y si desde luego, está correcta y legalmente gastado.

            Cualquiera que hubiera sido el motivo, en los casos de los comunicadores o periodistas tradicionales, ningún medio,  justificaba ni dignifica el fin, si no al contrario.

                        Sería viable proponer entonces, que en todos y cada uno de los ayuntamientos del país exista un comunicador social, ungido de autoridad, es decir, que se desempeñe como Síndico Segundo, por decir un ejemplo.  Para ello es necesario que se eleve a rango constitucional la actuación de los comunicadores sociales, con la finalidad de optimizar su potencial que pueden y deben desplegar a favor del Municipio Libre, y no como hasta hoy que  “funcionan” desperdiciando en forma inicua los recursos con los que fueron formados en la Universidad, para que en cada Ayuntamiento del país exista un verdadero comunicador social investido en calidad de autoridad.

 ¿Por qué? ¿Qué es una autoridad municipal? 
                        Según el Bando de Policía y Buen Gobierno únicamente son autoridades municipales, el Presidente Municipal, los síndicos y los regidores exclusivamente, en cambio son funcionarios municipales, el Secretario del Ayuntamiento, el Tesorero Municipal y el Oficial Mayor, los demás no son ni autoridades ni funcionarios municipales, sino a secas, auxiliares administrativos. De ahí, que los comunicadores sociales en los ayuntamientos, para que desarrollen una actividad relevante en beneficio de los municipios, requieren antes que nada, que tengan personalidad jurídica a partir de un marco legal que le de sustento a su actuación y para ello necesitan alcanzar el rango de autoridad, erradicando  la forma improvisada que ahora se estila,  ya que es usual y corriente, que se dicten nombramientos a diestra y siniestra de funcionarios o auxiliares administrativos que en la realidad actúan como gobiernos municipales paralelos, incluso, a veces, no son ratificados por el Pleno del Cabildo, convirtiendo a las verdaderas autoridades edilicias en convidados de piedra al seno mismo de ese cuerpo colegiado. Dentro de este espectro se inscribe con frecuencia, la actuación irregular de los comunicadores sociales, porque en la actualidad, constitucionalmente son inexistentes.

                        Es importante puntualizar lo anterior, ya que con frecuencia suele confundirse una cosa con la otra, de ahí la propuesta concreta en que dada la importancia que tiene y debe tener el comunicador social en una entidad embrionaria, célula de la democracia como debe ser y no es aún, el Municipio Libre y los ayuntamientos que los gobiernan, entendemos que la cobertura tan amplia de la comunicación social debe ocupar un primer plano en el cuerpo edilicio con el carácter de Síndico Segundo, seguido del que se desempeña como el Representante Legal del Ayuntamiento. Pero...

                        ¿Qué es un comunicador social?
                        La comunicación social empieza donde terminan las fronteras del periodismo tradicional. Tiene una amplia cobertura, cuyo único límite es la imaginación o la habilidad que se tenga para manejar los nuevos medios de comunicación masiva de punta entre los que se encuentra el manejo de la ciberinformación sin dejar un solo instante, de atender la herramienta primaria elemental insondable e inacabable de la palabra concebida en todas sus formas.

                        Es algo que va más allá de la información, por la información misma si partimos de la premisa de que no todo aquel que tiene más información es el mejor informado. La comunicación social además de todo lo anterior, cuenta en su haber la publicidad, las relaciones públicas y la propaganda, que hacen de ella una ciencia y un arte.

                        La comparecencia de los zapatistas en el recinto legislativo de San Lázaro, es el mejor ejemplo, en síntesis, de los alcances insospechados que puede concretar el manejo con destreza de la comunicación social.

                        Nunca hasta hoy un grupo clandestino de indígenas, --supuestamente analfabetos---había logrado ser escuchado en el máximo foro de un país, para exponer sus demandas mas sentidas, en donde los rubros de autonomía y respeto a los derechos de usos y costumbre, lengua y cultura, fuera expuesto con  claridad contundente y convincente en voz de la comandanta Esther, al grado que  su discurso, ya se clasifica como una aportación a la hermenéutica jurídica en México.

En contrapunto, la ciencia jurídica, hasta ahora, no ha podido  hacer viable la autonomía municipal, después de tres revoluciones armadas, sangrientas y culminadas por  dos grandes reformas constitucionales, como fueron a la Carta Fundamental  de  1857 y la de 1917 vigente aún, donde la autonomía municipal continúa siendo una utopía. Ahora mismo, se necesita de la comunicación social elevada a rango de autoridad municipal para promover en cada uno de los municipios del país el cumplimiento de la reforma constitucional municipal, aprobada en la pasada legislatura y que entró en vigor el pasado 23 de marzo, ¿Porque? En la mayoría de las entidades federativas no se han actualizado en su marco jurídico con las disposiciones que reconocen a los ayuntamientos como un auténtico orden de gobierno.

Es más, podríamos configurar desde ya, como una de sus principales funciones de la comunicación social en los ayuntamientos, el impulsar, promover y difundir el perfeccionamiento del municipio libre, precisamente en coyunturas como esta, donde a pesar de existir la vigencia de una disposición legal, ésta no se conoce ni aplica por la falta de mecanismos legales y adecuados para ello. Este vacío de praxis legal, ha ocasionado, como medida de urgencia que uno de los integrantes  del Senado de la República proponga un punto de acuerdo ante el pleno de la cámara para hacer un llamado al Presidente Vicente Fox para que se promueva entre los estados el cumplimiento de esa reforma constitucional municipal.

Otra de las tareas que debe realizar la comunicación social es volver el municipio un ente directo de participación social innovando ese vacío visible  en el territorio y el tiempo. La falta de comunicación de los ediles con la ciudadanía, ha llevado a tomar medidas que pauperizan a los municipios, como es la fragmentación en cientos y cientos de municipios misérrimos, que no cuentan con la riqueza natural de sus territorios para impulsar la economía municipal.

            Se inscriben en este contexto al negativa de las solicitudes para alcanzar el rango constitucional de municipio libre a las ahora congregaciones de Santiago Xochiapa,  San Rafael, Potrero del Llano, Cuichapa y Allende, negativa basada en la falta de requisitos legales, que una vez que se cumpla, pasarán a engrosar la lista de municipios famélicos, porque la solución no es la fragmentación si no la fusión con otros municipios, que también prevé nuestra Constitución Local, para que de la unión nazca la fuerza y el progreso económico, social y político.

            El comunicador social es el hombre o mujer que se necesita. ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? Para todo, en todas partes y ahora mismo.

Y es que la comunicación social básicamente es una de las formas de poder para la gestión democrática de la sociedad. He ahí que se diga, que el auténtico comunicador social es también un auténtico líder, un dirigente. Más aún, es un conductor. Un comunicador social hombre o mujer, puede mover voluntades sin importar el lugar donde se encuentre. Incluso, desde su mesa de trabajo, puede cambiar su entorno y para ello, proponemos que comience desde su propio municipio.
                       
                          (PROPUESTA publicada originalmente en el año 2003)

Comentarios

Entradas populares