A Regina


A Regina


Aquí junto a los hechos inadmisibles del terror,
Me queda tu ausencia enorme y las gastadas palabras;
Las palabras, esa herramienta tan manoseada por todos,
Y que tú, tan bien acomodabas en tus grandes reportajes.

Aquí junto a lo que queda de ti, que es mucho más que un cuerpo,
Una cara , brazos y piernas, me es tan difícil plasmar con esas palabras,
Los sentimientos que se atropellan en mi mente ante una ausencia que debería ser presencia perenne
Y que habrá quién se empeñe en que no será…

Por importante que fueras Regina
Nunca te negaste a recibir la denuncia de los sin tierra, sin justicia, sin esperanza, cargados de nada.
Cómo olvidar tu infinita paciencia para escuchar, para atender,
Para publicar,
Sin importar su aspecto, su olor, ni la media lengua del perseguido irredento.

Qué duro imaginar
Tú conciencia del peligro que marchabas,
Lejos de hacer un alto, arreciaste el paso a tu impertérrita plaza. 

De cualquier forma, gracias Regina,
Viviste en consecuencia.
Lejos del boato de la fama mediática, los que te buscamos,
Siempre te encontramos ahí.
Vertical, honesta y discreta.
¡Magnanima!

Al final, cuando el paraíso no exista,
El silbido del viento preñe el páramo,
Regina estará ahí
Impasible,
Reportando los huesos de sus enemigos
Que, como “El Buitre” de Kafka
Se ahogaron con la sangre devorada.

 




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