JESUCRISTO SUPERSTAR / Mario Hernández Solorio.



El cine bíblico ha estado siempre entre la devoción y la gran superproducción, entre puritanos escandalizados y devotos seguidores. Jesús atrajo ya a los pioneros del cine, como Lumière y Méliès, y ha seguido fascinando a los productores, ya que el cine emula a la literatura religiosa, la música y las artes plásticas.

Lumière, el primer "reportero", produjo Vida y Pasión de Jesucristo, rodada en Horitz, aldea de Bohemia, en la que se reproducía periódicamente durante los días de Semana Santa el drama del calvario, representado por el pueblo. La película duraba algo más de un cuarto de hora.

En 1923 Robert Wiene filmó I.N.R.I. y en 1926 Cecil B. de Mille filmó su Rey de Reyes, como una gran superproducción. En 1936 se hicieron dos películas: La vie de Jesus de Marcel Gibaud y Ecce Homo de Walter Rilla.
Dos filmes que se hicieron muy famosos en todo el mundo fueron rodados en España aunque de producción norteamericana: Los misterios del rosario (1957), del Padre Peyton, y Rey de Reyes (1961), de Nicholas Ray.

Ben-Hur, de Fred Niblo y Ben Hur de William Wyler, en Barrabás de Richard Fleischer y en La túnica sagrada, de Henry Koster, la figura de Cristo o la pasión suelen tener un papel predominante en la trama.

Pier Paolo Pasolini, realizó la película sobre la vida de Jesús más cercana a la austeridad del evangelio. El evangelio según San mateo (1964) se basó totalmente en el texto de mateo y se rodó cámara en mano, en el mejor estilo del "cinéma vérité". La ambientación, entre medieval, bizantina y renacentista, es totalmente simbólica.

Jesucristo Superstar, de Norman Jewison, musical que provenía de Broodway. Se hizo con carácter recreativo y con interpretación libre de textos, lugares y situaciones, pero en países de represión religiosa cristiana se convirtió en un canto de liberación.

LA IGLESIA PRODUCTORA DE PELICULAS

En 1976, promocionada por la Iglesia Católica se estrenó en París, en una iglesia, El Mesías, del agnóstico Rossellini. La película fue muy poco valorada, ya que el neorrealismo de Rosellini le lleva a tratar a Jesús sin acentuar lo milagroso ni lo extremo.

“Jesús de Nazareth” ( 1977), de Zeffirelli, católico. El rodaje, entre Marruecos y Túnez .Fue muy alabada por la iglesia católica italiana que la recomendaba a sus fieles, mientras era rechazada por puritanos norteamericanos, que la acusaban por mostrar un Jesús demasiado humano.



En este contexto se inscribe la producción de Mel Gibson, con guión del propio Gibson y Benedict Fitzgerald, cuya versión transcurre en las últimas doce horas de Cristo, resaltando sus escenas de tortura sanguinarias para acomodarse en la atención del espectador vía imagen. Llama la atención su denostación de la mujer al presentarla como representante de Satanás en la Tierra, ya que en el film sólo Jesús, Judas y la Virgen podían verla, saliendo al paso a cualquier cuestionamiento al tener el supuesto apoyo del Vaticano al declarar el Papa Juan Pablo II, su ya famoso “Así fue” luego de recibir al actor principal James Caviezel.

“La última tentación de Cristo” (1983), realizada por un director Scorsese, que intenta alejarse de las visiones perfectas de la figura del Mesías logra introducir al espectador en el conflicto de Jesús, un hombre que sufre. La película escandalizó al orbe católico, manteniéndose por muchos años censurada y es hasta ahora, que se ha levantado su prohibición en algunos países.

La última tentación de Cristo, es a la vez mucho más libre y también mucho más rigurosa desde un punto de vista cristiano, que la mayoría de los clásicos del género que han surgido gracias a la maquinaria pesada de la industria de Hollywood.
Scorsese plantea un relato casi intimista, modesto en cuanto a las dimensiones industriales de su propuesta, que ilustra la humanidad del personaje a través de una duda permanente sobre su identidad, sin acabar de asumir en ningún momento su naturaleza divina, hasta sugerir la perspectiva de un visionario pasado de vueltas, como en las sucesivas tentaciones que afronta desde un círculo iniciático en el desierto o esa imagen surreal de extirparse el corazón con las manos para ofrecerlo simbólica y físicamente a los demás. Es, finalmente, la versión más cercana a la herencia del Santo Grial y al Código Da Vince.

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