CUAUHTÉMOC PA GOBERNADOR.



Quien será el pícaro que ha echado mano de todo un despliegue de recursos cibernéticos para iniciar un nuevo juego de espejos en donde manda a la guerra al gran Cuauhtemoc Blanco, obligándolo a jugar partidos de más de los 90 minutos para los que fue contratado y así, darle chance a su anodino pelotón para una graciosa huída de la madre de todas las batallas que de modo alguno inició el popular “Temo”, pero que ahora debe enfrentar aunque sea prestando su nombre en forma gratuita, y salvar de ésta forma al insubstancial, del desastre de las encuestas.

Cuando el “Temo” llora públicamente durante su presentación ante la afición jarocha, sabía ya de las dificultades para cumplir las instrucciones de Aguirre para ser llamado al Tri rumbo a Sudáfrica 2010: “Tienes que estar jugando”. En esas condiciones, para él, “estar jugando” significan muchas cosas que 5 años atrás no hubieran sido ningún problema, pero ahora es distinto. El Chicago Fire termina con él su relación laboral porque su contrato expira y no hay renovación, que hubiera sido lo mejor. El América lo quiere, pero la situación del equipo es muy complicada porque necesita con urgencia un título y el “Temo” se los puede dar si tiene un entorno a “modo”.

En los hechos, eso no es posible, porque los cambios en el América no han funcionado. Hay mucha tensión y para variar, su relación con cierto directivo es abiertamente encontrada y negativamente ampulosa, entonces ir ahí en este momento no es lo que el “cuau” necesita para jugar concentrado rumbo al mundial. Ahí se da cuenta que su regreso a la selección de los ratones verdes se puede caer, pese a que él y sólo él, con el llamado de Aguirre, fue la magia que hizo que los roedores se transformaran en perros de caza tras la calificación.

Surge entonces la opción de regresar a Veracruz y al llegar aquí, al sentir el fervor de la hinchada, el hombre no puede más y llora a moco tendido frente a las cámaras de los medios locales e internacionales porque se siente un naufrago que encuentra su tabla de salvación para saltar una vez más, desde las profundidades hasta la superficie del mar cuando le plazca, porque al fin y al cabo es el hábitat natural de un tiburón blanco como él.



Ahora y dadas las circunstancias la grama del Pirata Fuente ha dejado de ser un tiburonario seguro para el depredador de todos lo mares. Por tanto, sería conveniente para él, sin ánimo de ofender, ubique bien su brújula si es que sus deseos son como parece, jugar en el mundial en Sudáfrica 2010, que dicho sea de paso, sería el último de su brillante carrera futbolística.

La caída de la contratación de Navia y por poco la de Gaitán, que dejan un tanto desconcertados al nuevo Tiburón, nada tienen que ver con el fútbol, ni con el “pacto de caballeros” al que le achacan en forma errónea sea un obstáculo que da al traste con la intención de formar un trabuco para el compromiso de la directiva para poner al Tiburón en la Primera División del fútbol nacional.

Cierto la hinchada quiere mucho al “Cuau”, pero jamás lo sacaría triunfante de la urnas para ser gobernador de Veracruz. Alguien se quiere pasar de listo poniendo a los veracruzanos como imbéciles. De modo que este juego de casta apariencia, puede resultar que a la corta, sea un petardo que estalle en las piernas del estratega de Tepito, a quien la hinchada del lado de sol le ha extendido carta de naturalización porteña de corazón.

En realidad el mensaje a modo de arponazo recibido por el escualo en estos días, apenas es el primero de una serie previsible de arponazos que le seguirán, que apuntan hacia quien verdaderamente manda en el equipo, señalándole: “estás navegando en aguas fuera de tu territorio”, y aunque en las aguas profundas en que se mueven todos estos tiburones en apariencia no hay fronteras si hay espacios de dominio según la especie, nunca el género.

En el tiburonario local solamente hay un tiburón blanco- aunque no lo parezca- en los de la Femexfut hay un cardúmen de ellos, además de orcas y ballenas, lo que indica que la travesía hacia el campeonato será demasiada larga y accidentada, a veces con pausas de pesadilla. Si no sabemos leer estos mensajes, en la batalla desigual, los porteños asistiremos a algo más que a una muerte masiva de tiburones en las playas quiméricas del Flaco de Oro. En el recuento estaría políticamente muerto el único tiburón blanco. Ojo, no sólo para ir a jugar a Sudáfrica 2010, tampoco llegaría a ser el “Ejecutivo” como se está candidateando en las encuestas.

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