POR UNA SOBERANÍA PORTUARIA EN VERACRUZ.-
ANTECEDENTES DE
LOS MUELLES Y LOS CABILDOS
ABIERTOS.
Para Hernán Cortés, perder el tesoro de Moctezuma fue
infinitamente más fácil que obtenerlo. Cuando se sentía invencible, creyendo
que nada de la vida le era ajeno, fue sorprendido catando los aromas de la
victoria por el súbito lance del corsario francés Jean Sorin.
El abordaje del Talión en medio de lo picado de aquellos mares, se
apoderó de las maravillas del nuevo mundo. El Emperador Carlos V no disfrutaría por el momento (1522)
de las singulares joyas de los aztecas,
las cosas prodigiosas y manjares de las Indias con las que pensaba adularlo.
La acción de escarmiento y de lección, puso al marinero en tierra y al
soldado que también era, en los mares del Barlovento. Para imponer su orden
contra la pandilla de bucaneros, filibusteros, piratas y corsarios
atrincherados en “Isla la tortuga” de la Española, no
era necesario organizar una poderosa expedición, sino recurrir a la genialidad
de su ajedrez jurídico- militar.
“No me volverán a saquear”, había gritado Hernán Cortés. Entonces pensó
en lo que hoy es Veracruz como primer puerto fortificado de tierra continental,
después de haber fundado el primer Ayuntamiento de tierra firme de la
Vera Cruz.
No dejaría de tomar sus
previsiones contra los corsarios ingleses, franceses y holandeses, encarnados
en personajes como Jacques Sore, François Le Clec, ‘Pata de Palo’, William y
John Hawkins, Francis Drake protegido de la reina de Inglaterra, Bartolomé
Portugués, Rock Brasiliano, Lorencillo y Henry John Morgan.
Los bucaneros significaban un motivo especial de preocupación y
al mismo tiempo una subyugante atracción en aquellos tiempos, entre otras cosas
por esa costumbre de atacar por sorpresa
La Española y robar el ganado,
secarlo y ahumar la carne sobre parrillas llamadas en francés boucan, de donde derivó a
“bucaneros”, quienes después la vendían a los barcos que hacían escala para
recoger provisiones. Entre 1520 y 1559, los piratas y corsarios franceses perturbaron
gravemente la navegación, al grado tal que
el corsario francés Jean Florin, en 1522 se apoderó del tesoro de
Moctezuma, cuando era enviado por Hernán Cortés al emperador Carlos V.
A la
postre esta coyuntura de inseguridad en los puertos y los mares, hacen pensar
no sólo a Cortés sino a la Corona
Española en proteger la flota de las Indias que transportaba los tesoros
americanos. Ya no bastaba organizar
convoyes bien defendidos contra los que no se atrevían los corsarios. Nunca
faltaba que los particulares incumplieran las ordenanzas de seguridad y
sufrieran a veces asaltos y extorsiones.
¿ Que
hacer?
Tránsfuga en
el tiempo, pareciera que el pillaje, los asaltos, extorsiones, filibusteros,
bucaneros y jarochos, fuera cosa de barcos y puertos ad infinitumm.
Desde que Veracruz inició sus operaciones como puerto
marítimo, el robo hormiga y pillaje de las mercancías de importación y
exportación que transitaban por los muelles, fue el pan de cada día, antes y
después de los contenedores. Lo mismo en tierra con el antiguo sindicato de
maniobristas que con el sindicato de checadores o tarjadores, quienes
contrataban trabajadores “ libres o cuijes” para realizar labores que los
obreros de base (empresarios concesionados) no querían llevar a cabo, por falta
de personal suficiente. En estos casos si un cuije se encontraba tarjando la
carga de una bodega o portalón en un buque, y bajaba carga peligrosa, la sobre
cuota no se le pagaba al trabajador libre o cuije, sino a un socio o trabajador
de base, dicha sobre cuota en jornadas de tiempo extraordinario representaba un
cien por cien de la percepción salarial.
Para el trabajo
de a bordo, los llamados estibadores, se utilizaba por lo menos el sesenta y
seis por ciento del personal empleado en la operación de un libre que era libre
o cuije. La razón por la que todo el tiempo subcontrataban personal era porque
los socios se repartían el trabajo en delegados, comisionados, capataces,
coordinadores,
Trescientos seis
socios manejaban suavemente todo el puerto.
276 eventuales
trabajaban duros horarios de seis horas, siendo relevados por igual número en
el inmediato, para la jornada de las 20:00 horas a las 24:00 horas el número
descendía a 248, y la última de las
00:00 a las 8:00 horas era ocupada por mil trabajadores libres que producían
por entonces ingresos por 34 millones de pesos diarios, para acumular tres mil
sesenta millones que se repartían los obreros de base cada tres meses.
En cuanto que, los trabajadores llamados
libres no tenían derecho a ser socios, o sea, a sindicalizarse, lo que no los
eximía de aportar para los sindicalizados la suma del equivalente a 34 pesos
actuales y si doblaban jornada, duplicaban la cuota por derecho a trabajar.
Lo anterior,
aunado al robo excesivo de la carga, en el que se afirma le entraban las
autoridades de la época, llegó a su índice más bajo por el mes de septiembre de
1989, en que Veracruz protagonizó un escándalo internacional, por el pésimo
manejo del puerto. El gobierno Federal que tampoco sabía de estos menesteres
implementó un plan de acción emergente por conducto de Puertos Mexicanos, a
quienes aconsejaron, que para mejorar la producción y rendimiento de
contenedores por ejemplo ¿En la zona franca No 2? Era indispensable dotar al
muelle de otra grúa de pórtico ( sólo operaba una), La solución fue quitarle al Puerto de
Coatzacoalcos su portainer, y en un alarde de eficiencia instalaron la segunda
grúa de pórtico, únicamente para tomarse la foto y declarar a la prensa que si
con una se manejaban 20 contenedores por hora, con dos se manejarían 40.
Huelga decir que no sabían que es un
contenedor El conocido contenedor de los buques de
carga horizontal toma los remolques completos con sus bogies o camiones
giratorios. La conformidad rígida no es necesaria, porque cualquier vehículo
con ruedas se puede trasladar a bordo y quedar amarrado. Este tipo de barco ha
demostrado ser eficiente sobre los trayectos relativamente cortos, como el
cruce del canal de La Mancha entre Gran Bretaña y
Bélgica, Francia y Holanda, y también a través del Río de la Plata entre
Argentina y Uruguay. Por el contrario, muchos de los conocidos buques de carga
vertical, por ejemplo, no pueden intercambiar sus contenedores con barcos
similares de otra compañía a causa de la variación en el tamaño de las cajas y
las diferencias estructurales. Estos inconvenientes también afectan a los
transportistas terrestres equipados de ciertos tipos especializados de
contenedores, lo que limita su actividad a ciertos barcos. Hay una distinción
similar, aunque no en el mismo grado, con los transportes de tren con
contenedores.
Lo que
desconocían los funcionarios de Puertos Mexicanos es que el naviero no
opera sus buques con promedios de hora/ buque, sino opera por hora/ gancho,
como se hace en todos los puertos del mundo. Finalmente no hubo ningún repunte
de producción porque la grúa de pórtico permaneció varios meses inactiva debido
a fallas mecánicas y eléctricas, y a que en un barco
para todo tipo de contenedores, los costes principales son aproximadamente la
vigésima parte de los de un barco convencional de tamaño similar. Un barco de
contenedores puede descargar y cargar la mercancía en unas 13 horas, frente a
las 84 horas de un barco convencional; de esta manera, el tiempo de regreso es
menor. Por lo general, se pueden manipular 500 toneladas por equipo-hora con la
mercancía.
Basta
recordar cuando se puso en funcionamiento el muelle terminal de contenedores,
aledaño al islote de San Juan de Ulúa, la operatividad era en el orden de veinte a veintiuna
unidades por hora. En la zona franca número uno, al noroeste de los muelles,
con un rendimiento de ocho unidades por hora, mínimo durante un período de diez
años aproximadamente.
Después la
operatividad empezó a bajar, hasta manejarse en la terminal de contenedores de
la que fue la zona franca 2, un promedio de cinco a siete unidades por hora; en
la zona franca número 1, de tres a cuatro contenedores por hora.
-¿Cuál fue la
causa de esa crisis operativa en los años 1986-1989?
- El dinero ganado
fácilmente por los “obreros seudo empresarios” que generó apatía en conservar la fuente de trabajo para
a comunidad portea y los intereses personales terminaron rebasando el interés
por la vida económica del puerto y la concesión portuaria.
Decididamente,
la privatización del puerto en manos de obreros-empresarios o de empresarios
neoliberales no ha dejado al municipio la rentabilidad que le corresponde
social, política e históricamente. De nada sirvió que el gobierno efectuara una
inversión, al construir un muelle especializado en el manejo de contenedores,
dotándolo de infraestructura mecánica, como lo es la grúa de pórtico, importada
de Alemania, así como haberle inyectado financiamiento económico a la antigua
Servicios Portuarios de Veracruz S.A. de C. V. constituida por
trabajadores concesionarios de aquel servicio público federal, inversión jamás
recuperada totalmente.
Retomemos aquí
la vieja teoría de que el Ayuntamiento es en sí, todo un poder, además de los
otros tres sobre los que se asienta nuestro sistema política, le corresponde por
tanto, el ejercicio de las funciones ejecutivas, legislativas y
jurisdiccionales inherentes a su ámbito municipal. Si la sociedad es fuente de todo poder, vamos
retomando el pacto social. La historia todavía recoge esta clase de
testimonios, como ciertas prácticas populares de legitimar la investidura de
por ejemplo ¿un rey? Ante la presencia de todo un pueblo, previo el
correspondiente juramento que le recuerda que está recibiendo tal investidura,
por voluntad popular, conservando el derecho inapelable de destituirlo.
Ahí
tenemos el ejemplo de los cabildos abiertos, como el de muchos municipios del
nuevo reino de Granada, que incluía Quito, Caracas, Socorro, Santa Fe de
Bogotá, quienes reasumieron sus derechos soberanos, para ser el comienzo de la
independencia de España y de un movimiento de plena y total auto determinación
con el poder suficiente para ordenar su propio comercio de carácter
internacional, o para organizar sus propias armadas y ejércitos como era el
caso del Municipio de Barcelona o el de Aragón.
Por otra parte, el origen de las aduanas, nos viene de
cerca por la hacienda española, actividad económica
de los poderes políticos referida a la gestión de los bienes públicos, la cual
ha tenido en la historia de España una transformación compleja que ha ido
paralela a la propia creación y desarrollo del Estado hasta los albores del
régimen liberal, esto es, hasta los inicios de la concepción actual de la
Hacienda (o de la política fiscal) como una forma ineludible de redistribución
de la riqueza más que de la mera aportación de recursos a las arcas estatales.
Por ello, nosotros tal vez por un deber histórico y
soberano no debemos permitir que nos saqueen. Que la rentabilidad del puerto de
Veracruz sea para los porteños.
Que aquella primera imagen de la soldadesca sin
imaginación que calificó a nuestra tierra como el Infiernillo sea por primera
vez una auténtica Villa Rica. La villa rica de Veracruz!!
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