EL SECUESTRO DE CHICHÉN ITZÁ

Publicado por MARIO HERNANDEZ SOLORIO el octubre 9, 2008 a las 8:30am
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El reciente concierto del tenor Plácido Domingo y Armando Manzanero en Chichén Itzá difundido a nivel global, abre de nueva cuenta la polémica sobre su rescate y la protección del patrimonio cultural de México, a partir de que fue nombrada maravilla del mundo, Chichén Itzá, fue secuestrada por políticos y gobernantes para festejar la omisión de legisladores, la desidia administrativa y el deseo para seguir posponiendo la llamada deuda histórica con los indígenas de México y su patrimonio cultural.

Cierto es que Chichén Itzá está ahí desde inicios del siglo VI d.C. por la presencia de numerosas peregrinaciones al gran Cenote Sagrado, donde se ofrecían sacrificios al dios de la lluvia Chac, y abandonada hacia el año 670 y que, por incapacidad de nuestros gobiernos para promoverla, ha sido rediviva por la mercadotecnia y los masones norteamericanos entre quienes sienten una histórica obsesión por la pirámide ( por razones distintas al verdadero significado de cada una de ellas) al grado que han ordenado incrustarla como símbolo de poder y vigilancia perpetua en el billete de a un dólar.

Bernard Weber, el suizo ahora famoso millonario, creador del concurso de las siete maravillas del mundo moderno, pudo embolsarse gracias a su audaz iniciativa dos dólares por cada una de las 70 millones de llamadas de apoyo desde cualquier parte del globo terráqueo, sobre la reconstrucción mediática de Chichén Itzá, aunque en realidad haya sido construida unos trescientos años más tarde del año 670 d.C., cuando los itzaes regresaron a la región, para convertirla en la ciudad más importante de todo el norte de Yucatán y en el centro de la cultura maya.

Con esta declaración, los oportunistas enterraron ( tal vez para siempre ) la falta de apoyo al Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ) para rescatar y restaurar más de 5,000 sitios arqueológicos a lo largo y ancho de México que permanecen en espera de ser atendidos y expuestos al saqueo constante de connacionales y extranjeros por falta de una política coherente, constante, suficiente e indispensable que se traduzca en proyectos auto financiables para preservar el patrimonio cultural, meta cultural, terrestre, subterráneo y subacuático que lamentablemente pervive sin protección jurídica ad hoc mediante una ley reglamentaria a las garantías constitucionales de promoción y difusión de la cultura y el arte.

El vértigo del comercio mundial; la globalización y su efecto homogenizado; el crecimiento urbano descontrolado; las pugnas políticas; las restricciones económicas y la desvinculación entre las distintas instancias de gobierno, tienen a México en la antesala de una de las etapas de mayor riesgo para el patrimonio cultural, que se viene a recrudecer con el asunto de Chichén Itzá.

Digo esto, más allá de la simple advertencia , porque este reconocimiento anticipa una situación crítica que podría derivar hacia la destrucción irreversible de bienes patrimoniales.

No me refiero sólo a bienes inmuebles (sitios arqueológicos, monumentos históricos) o acervos documentales, sino también al efecto sobre eso que llaman patrimonio intangible, que no es de ninguna manera ornamental y está constituido por valores centrales activos en la vida política y cotidiana de una comunidad, de una ciudad, de un país.

Para enfrentar este riesgo, es de la mayor importancia la participación del INAH, o la creación de una nueva institución que aglutine o regule las actividades de las ya existentes de manera integral ( Bellas Artes, CNCA, INAH, Fonca, etc) que requiere del respaldo decidido de los tres niveles de gobierno federal, estatal y municipal-, y que éstos a su vez pongan en el centro de sus políticas públicas el patrimonio cultural, el cual puede perfectamente ser factor de desarrollo.

En colaboración anterior, hablamos de la necesidad de que los candidatos involucren a nivel municipal la promoción y difusión cultural como obligación mínima de los ayuntamientos y lo venimos publicando desde hace 15 años, sin que, los que tienen facultades de iniciar leyes hagan algo. Todo lo cual es importante, porque a lo largo del tiempo muchas comunidades han vivido de proyectos generados por el INHA.

EJEMPLOS DE PÉRDIDAS HISTÓRICAS

La primera sucedió a las Leyes de Reforma promulgadas por Benito Juárez en 1862, por medio de las cuales todos los bienes inmuebles en manos de la Iglesia fueron puestos bajo la custodia del Estado. El hecho generó conflictos políticos que derivaron en destrucción de parte importante de ese patrimonio cultural.

La segunda se ubica entre los años 20 y 30 del siglo pasado. Después de la Revolución surge una noción de desarrollo en la que lo viejo y lo nuevo entran en un ámbito polarizado; por razones no sólo funcionales, sino también simbólicas, se piensa que lo nuevo necesariamente tiene que sustituir a lo viejo. Buena parte de los bienes históricos se destruyeron en esa época. De no tomarse las medidas necesarias, mas allá de las simples celebraciones, la etapa que estamos viviendo puede ser aún más destructiva que aquellas dos.

En las actuales circunstancias no nada raro, que esa empresa de espectáculos hagan negocios “ culturales” alrededor de Chichén Itzá para supuestamente salvar ese espacio cultural, como ya sucede en otros espacios similares en el país en donde se generan divisas que no están reguladas y nadie sabe a manos de quienes van a parar.

No hay que olvidar, que hace un buen tiempo, los asentamientos ejidales en donde se encuentra Chichén Itzá, fueron birlados a los campesinos ejidatarios de la región mediante un mañoso contrato de compra-venta, cuando es claro que los ejidos no eran negociables y que las pirámides de la que forman parte Chichén Itzá son patrimonio cultural de la nación. Pese a ello, de manera inexplicable, aún se discute la titularidad de esos terrenos.

Sin duda el patrimonio cultural de la nación puede crear más riqueza que PEMEX y nuestro país vivir holgadamente de una adecuada promoción cultural de su patrimonio con políticas claras previa regulación, pero la fobia de ciertos políticos y legisladores hacia la cultura, los exhibe como verdaderos obstáculos del bienestar y el progreso de México.Chichen-Itza_El_Castillo.jpg38690 manzanero.jpgplacido-domingo-concierto-44.jpg

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