COPROFAGIA!



¿Los humanos comemos caca? Por supuesto que sí. Los seres humanos, habitantes de países pobres, comemos mierda por hambre e ignorancia, sobre todo por una ausencia de políticas públicas efectivas en materia de salubridad pública. La coprofagía es una práctica natural de la mayoría de los habitantes de México y sobre todo, en época de nortes y tolvaneras, de nosotros los porteños.

Durante años en México ha sido la actividad más democrática porque ha estado a la mano de todos por igual sin importar clase o condición social. La mala ubicación del basurero de la ciudad y la falta de drenaje y alcantarillado en más del cincuenta por ciento de las colonias populares que forman un extenso cinturón de miseria y pobreza alrededor del casco de la ciudad, son factores que contribuyen a la cristalización de un sueño aproximado a la libertad, igualdad y fraternidad que hasta ahora no ha logrado sistema político alguno en el mundo: Mierda para todos!

La práctica del fecalismo y los desagües al aire libre, provocan que las heces fecales de animales y humanos en épocas de secas se deshidraten y con el viento se incorporen al medio ambiente, como partículas en el aire, las cuales con las fuerzas de los vientos y nortes se introducen en las bocas inquietas de los parlanchines jarochos.

Según el INEGI, el 45 por ciento de los veracruzanos viven con piso de tierra, el 47 por ciento sin drenaje y el 30 por ciento sin excusado. Mientras un 47 por ciento carece de cocina exclusiva para preparar sus alimentos.




Cierto es, que en las clases altas es menos el acceso a estas peligrosas excentricidades y es en las clases desprotegidas, las que no cuentan con los mínimos servicios, donde esta práctica suicida se ha convertido en un verdadero vicio que las autoridades ignoran por comodidad, negligencia, abulia y desidia.

Esa es la noticia de hoy: No respirar.

Hacerlo de acuerdo con los especialistas, es tan devastador para la salud como improbable la posibilidad de una vida sana, en el futuro cercano. En el escaparate del incierto presente, nuestros gobernantes juegan con la suerte a su favor: la cascada de angustias vigentes sepulta a las previas, y, con eso, la opinión pública se distrae y se ahoga en la caterva de las desazones frescas, delegando la discusión de los ``viejos'' embrollos para otros tiempos. Mientras que la amenaza de la contingencia ambiental renace y hostiga, las discusiones en relación a la violencia, al desempleo, a la falta de agua, y un etcétera insuficiente, quedan relegadas a un segundo plano. La razón de las prioridades es simple: no hay forma de analizar en conjunto todos los avatares.



Si el fecalismo fuera luz no necesitaríamos alumbrado público. Por ello, es malo respirar demasiado durante las tolvaneras. El aire envenenado afecta a niños y viejos, a enfermos y sanos. A todos. Podemos ser benevolentes e incluso aceptar que las oficinas gubernamentales se preocupan por sus ciudadanos, pero no aceptemos que la contingencia democrática ambiental sea culpa exclusiva de nosotros. Sino que, son problemas tan grandes que los ciudadanos debemos interactuar con el gobierno y éste, proporcionar todas la facilidades para que la participación ciudadana.

La premisa inicial es disecar no sólo las heces, sino detectar el origen de la contingencia ambiental. Agravada por un deficiente suministro de agua potable para el cien por ciento de la población y los que lo cuentan es un suministro que proviene de pozos a la descarga a los cuales no se les adiciona suficiente cloro para desinfectar ésta, por la presencia de microorganismos patógenos que son agentes etiológicos de padecimientos gastrointestinales, además de que las zonas rurales, el suministro de agua proviene principalmente de pozos con nula cloración.

En las zonas urbanas por lo general las redes de distribución al operar por muchos años y con nulo mantenimiento presentan fugas, lo que da por resultado contaminación cruzada, proveniente de los colectores de aguas cloacales, ya que en la mayoría de los casos el bombeo de agua no es continuo. Las tuberías muy antiguas adolecen además de estar hechas con material muy contaminante como lo es el plomo, característico por erosionarse con el paso del agua corriente y el tiempo, favoreciendo la aparición de enfermedades como el Alzhaimer a los usuarios expuestos por contaminación de plomo en la sangre.

Ello se debe en parte a que dentro de los diferentes predios, las redes internas de distribución presentan frecuentes fugas, que no son reparadas debido fundamentalmente a que el pago del derecho por uso y consumo de agua es mediante cuota y no por servicio medido, lo que favorece el dispendio por parte de nosotros los usuarios que establecemos la anarquía y a inequidad en el consumo del vital líquido, como lo es sin duda entre un negocio de lavado de automóviles y una casa particular.

La precipitación por lluvia en las zonas urbanas no se colecta para su uso posterior, por lo que su avasallamiento se mezcla con las aguas de albañal. Por su parte las aguas grises que se generan en las vecindades, tienen un destino común con las negras, al no ser aprovechadas y mezclarse con las aguas residuales al salir a los colectores que en última instancia son vertidos directamente a los diferentes ríos y sobre todo al mar en los municipios conurbados de Veracruz y Boca del Río, y los aledaños de Alvarado, Medellín y La Antigua.

Finalmente, por cuanto atañe al presente rubro, los planes de contingencia ambiental no existen en la legislación estatal, hasta ahora los que se han aplicado son sólo en situaciones límite y de emergencia, por lo que no incluyen medidas de prevención.

Lamentablemente ha pasado el tiempo sin que se hubiera aprovechado la oportunidad para la creación de un derecho urbano, que desde hace varios años viene proponiendo @ArtMarius2 para integrar en un solo corpus juris toda la legislación relativa a los municipios y sus habitantes, ahora dispersa, a veces contradictoria entre sí y enfrentada con las constituciones local y federal, entre las que se cuenta el Decreto que crea el Consejo Estatal de Población, la Ley que crea el Organismo Público Descentralizado de Servicios de Salud, la Ley de Asentamientos Humanos, la Ley de Fomento y Protección de Ciudades Industriales Nuevas, la Ley de Protección Civil, la Ley de Salud del Estado de Veracruz, la Ley sobre el Régimen de Propiedad en Condominio, la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, La Ley Orgánica del Municipio Libre, la Ley que crea la Comisión de Desarrollo Urbano.
Como se ve, la mayoría de ellas son comisiones o entidades de intermediación entre el Ejecutivo Estatal y los Ayuntamientos del Estado, que rebosan inconstitucionalidad al ofender el espíritu del Constituyente del 17 quien establecía claramente que no debe existir intermediario ni obstáculo alguno entre el Ejecutivo Estatal y los Ayuntamientos y Municipios.

Prueba de ellos son las anteriormente mencionadas así como La Ley que establece las bases normativas, conforme a las cuales los Ayuntamientos del Estado deberán expedir sus propios Bandos de Policía y Buen Gobierno, Reglamentos, Circulares y Disposiciones Administrativas, Ley Relativa a la Prostitución y de Profilaxis Social , Ley Sobre el Sistema Estatal de Asistencia Social, Reglamento de Mercados para el Estado. Reglamento Interior de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento, Reglamento Interior de Servicios de Salud, la Ley que crea el Organismo Público Descentralizado de Servicios de Salud de Veracruz, Ley de Agua y Saneamiento de Veracruz y la Ley que crea los Organismos Operadores de Agua en el estado ( 35 comisiones Municipales y dos Comisiones Regionales ).

Si aquellos fallaron, no importa, queda en prenda del actual Congreso Estatal, hacer la tarea que le corresponde, para establecer dentro de la norma secundaria al coprófago veracruzano como un ente antisocial, que se debe erradicar con el mismo frenesí y pundonor, con el que se combate a otros agentes contra la salud pública.
Ya existen fórmulas investigadas por reconocidos urbanistas, (especialidad no exclusiva de arquitectos e ingenieros) entre los que podemos mencionar: Las redes de alcantarillado simplificado (RAS) que están formadas por un conjunto de tuberías y accesorios con la finalidad de colectar y transportar los desagües para su disposición. Las RAS difieren de los alcantarillados convencionales en la simplificación y minimización del uso de materiales y en los criterios de construcción.

Las principales diferencias de las RAS con los alcantarillados convencionales son las siguientes: se diseñan a partir de las conexiones domiciliarias , evitando los choques mecánicos, al proyectarlas por zonas verdes o peatonales y evitando zonas vehiculares; dimensionadas de acuerdo al consumo per cápita y a las condiciones socioeconómicas de la población; controlando la sedimentación de las tuberías con el concepto de fuerza de arrastre; utilizando tuberías con uniones elásticas, a fin de disminuir la infiltración de aguas residuales, no aumentando la tubería para permitir la libre circulación de gases, con la finalidad de aceptar un diámetro mínimo de 100 mm. De capacidad.



En el caso de regímenes de condominio, se debe optimizar un sistema de alcantarillado en las propiedades horizontales dentro de una cuadra, proyectándolos por los patios de las viviendas, con el propósito de acortar al máximo la longitud de las redes dentro y fuera de las viviendas. La ventaja principal sería abatir costos de operación de todo el sistema.

De tal forma de que, quienes tienen la facultad de legislar puedan darse a la tarea de crear la figura jurídica de un Zar Anticoprófago. Que no haya un veracruzano que padezca ese vicio insano que extermina. Que esta nota sea sólo un guión para un cineasta de humor negro.

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