CARTA ABIERTA A MEL GIBSON



Para estas alturas del partido, en Veracruz casi todos sabemos quién es Mel Gibson. Y si en efecto, Mel es Mel en donde quiera que se presente, los porteños de clase media hacia arriba saben y han visto casi toda su filmografía, desde Mad Max (1979), hasta Apocalypto ( 20006), pasando por “Motín a bordo” y “Arma letal” que es la película de acción que lo convierte en superestrella, hasta llegar a “Braveheart” (1995), un film épico por el cual fue galardonado con los Oscar al mejor director y a la mejor película, donde da señales de buen olfato para la mercadotecnia y lo confirma con “El patriota”.


Su ruta hacia las estrellas culmina con su tercer título como director en “La pasión de Cristo” (2004), Oda a la violencia y un altar a la sanguinolencia, interesado más en desperdiciar la grandeza del personaje en la que la humanidad finca mucha de su esperanza, y que, termina por entramparlo en los intereses artísticos, económicos, fatuos del director al arrojarlo como un fuetazo a la cara del espectador tinto en sangre y sin mensaje dando por un hecho que ya lo conocemos, en vez de aprovechar la oportunidad plástica-histórica de decir algo más que terminar ahogado en su propia sangre.



Es la “autocompasión y el autoflagelo” su particular forma de ejercer su fe católica– sello que le imprime a los personajes de las películas que dirige—que deviene de ancestros muy lejanos en Irlanda en donde hubo hasta santos. Por tanto, Ann Gibson y Hutton Gibson, sus padres eran fieles seguidores de la religión católica, perteneciendo Hutton a la Alliance for Catholic Tradition.


Esta visión del mundo lleva a sus padres a protestar en contra del gobierno estadunidense y la guerra de Viet Nam, activismo que los lleva a convertirse en rebeldes del statuo quo con todas las consecuencias que ello implicaba, quienes ante el peligro de que sus hijos mayores fueran reclutados para mandarlos a la guerra, resuelven que era hora de abandonar Peeksill, en el Estado de Nueva York USA, para con toda la familia emigrar rumbo Australia. De esta forma Mel se convierte en migrante a la edad de 12 años.


Ahora sabemos que la rebeldía de Mel le viene por linaje, su simpatía por los débiles y sus obras de caridad por el mundo no son una sorpresa – donó casas para campesinos de la sierra de los Tuxtlas cuando filma en la zona su película Apocalypto y es a su regreso de México a las costas doradas de California para editar esta película, en el verano del año 2006, cuando en total estado de ebriedad es arrestado por conducir a más de 160 kilómetros por hora.



Excitado por los humos del Dios Baco, ya bajo arresto y completamente enojado, por un instante pensó en decir a los policías: “!!Están despedidos todos!!!. Pero recordó, cosmopolita como es, que esos rollos solamente se tiran en México de donde recién había llegado, y entonces dijo: “Están molestando al dueño de todo Malibú”, al ver que los “Azules” ni siquiera se perturbaron, Mel se enojó aún más y quizá azuzado por su rebeldía natural fue que soltó aquella frase que daría la vuelta al globo en cuestión de minutos: “Los judíos provocan todas las guerras del mundo”, huelga decir que todos los noticiarios de la mañana siguiente y de todo ese día y al siguiente y al siguiente fue la nota a nivel global.

En Estados Unidos un país conservador, apuntalado su economía por el poder económico de la comunidad judía internacional y siendo un personaje como lo es Mel, se atreve a decir eso a la policía delante de reporteros era como arrojarse sin paracaídas desde el mirador del Empire State. Ni Orson Welles, ni Charles Chaplin, un millón de veces más grandes que él, habían resistido la embestida del jolivud conservador, cuyo poder terminó por aplastarlos.

Cuando a Mel se le pasa la resaca –rápidamente pide disculpas públicas a la comunidad judía, pero era ya demasiado tarde. Steven Spielberg, uno de los gurús de la industria jolivudense enterado de la borrachera de Mel dijo lo siguiente en una CARTA ABIERTA…..

“Estimado señor Gibson: Yo soy uno de los judíos que no acepta su disculpa de hoy.
“No la acepto, porque usted ha escupido en las tumbas de los Goldwyn, los Warner, los Mayer, los Cohn, los Fox, los Thalbergs, los Selznicks, los Zukors y miles de otros judíos, vivos y muertos, que han hecho posible su cuestionable carrera.

“Cuando salga de “rehabilitación” y haga un recuento de sus millones, reflexione por favor: ¿cuál hubiera sido su fortuna, si se hubieran conocido sus verdaderos sentimientos, cuando empezó enla industria cinematográfica?
“Usted es un ser despreciable, uno que ni siquiera se ha dado cuenta de que ha mordido repetidamente la mano que le dio de comer. Cualquier cosa que usted (o su agente publicitario) diga hoy en día, no puede ni siquiera empezar a compensar sus teorías de larga data acerca de los judíos. Aparentemente, la manzana no cae lejos del árbol. (O aparentemente tiene las mismas características que sus padres).

“Si aún no ha logrado distanciarse de las opiniones de su padre sobre el Holocausto, ¿por qué debería la comunidad judía reunirse con usted o creer cualquier cosa que tenga que decir ahora? Sus palabras son apenas un intento velado para admitir que esta vez se equivocó. Usted se quiere proteger, para seguir siendo adorado e incrementar la fuente de sus ingresos.

“La verdad es que usted es un incorregible y recalcitrante antisemita de la peor calaña, y su falso acercamiento vale menos que el costo de su próxima copa, que seguramente se encontrará entre sus manos en poco tiempo. Yo se la brindo.

“Obviamente, si me equivoco, podría empezar por donar hoy mil dólares al Estado de Israel, en este momento de necesidad. Obviamente, para un hombre de su importancia quien “honra a todos los hijos de Dios” es un pequeño costo de relaciones públicas por pagar. Steven Spielberg.”



Hoy Mel Gibson está con sus huesos en la cárcel del puerto de Veracruz México. Pero no como reo. Mel es aquí “El Rey de la Cárcel”, porque filma su cuarta película en donde interviene como director de cine, cuyo título dice más o menos: How I Spent My Summer Vacation” (Cómo pasé mis vacaciones de verano).

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